viernes, 15 de junio de 2007

Dejalos que hablen...

Muchísimo talento, gran capacidad organizativa, una pegada formidable, gambetas magistrales, quiebres estupendos, pausas oportunas, habilitaciones de otro planeta y una humildad valorable. Me quedo corto con los adjetivos, con los atributos, con los términos, con las expresiones, pero todas hacen referencia a este extraordinario jugador, Juan Román Riquelme.
Tan sólo "Román" para los fanáticos, para los admiradores, para los que respiramos buen fútbol. Con la posibilidad de emigrar a otros equipos del viejo continente, él eligió volver a Boca, a su casa, al lugar que lo vio nacer futbolísticamente, al club del cual es hincha y al que le brindó toda su grandeza y calidad. Está viviendo un presente inmejorable, con actuaciones sublimes en la Copa Libertadores, poniéndose el equipo al hombro y marcando el camino hacia el triunfo, con exquisitos tiros libres que siguen deleitando a nuestras pupilas, como ya nos tiene acostumbrados.
Sin embargo, hay algunas cuestiones que no logro entender. Aquellos que afirmaban que Román no entendía el juego, que era lento, que retrasaba al equipo, que sólo daba pases para atrás, que no servía para la Selección Argentina, son los mismos que hoy no paran de elogiarlo, de asegurar que es un jugador clave, trascendental, insustituíble y principal artífice para que Boca tenga media Copa adentro, que de lograrla sería la sexta en la amplia vitrina boquense.
Actualmente todos quieren que vuelva a vestir la celeste y blanca, producto de sus fantásticas actuaciones. Pero se están preocupando por su vuelta al Villarreal, ya que mientras el chileno Manuel Pellegrini siga siendo el director técnico no será tenido en cuenta y quedaría marginado. ¿Existirá una estrategia de la dirigencia de Boca? ¿Si el equipo de Russo se consagra campeón, harán lo imposible por retenerlo? Son sólo conjeturas, lo único cierto es que Román le vuelve a tapar la boca a muchos cada vez que se calza los botines y entra a dislumbrar con su brillo propio en una apagada cancha.






Fran

1 comentario:

Santiago dijo...

Ante todo, felicitarlos por este buen espacio para debatir del deporte más hermoso del mundo!

Yo soy uno de esos que menciona el periodista aquí, que defenestraban su juego en la Selección, y que lo elogian por su labor en Boca.
Pero la cuestión, creo, pasa porque sus actuaciones en el club de La Ribera son notables, pero las del resto de su carrera no. Al igual que Palermo y algunos otros, es un jugador pura y exclusivamente xeneize.

¿Acaso será por las facilidades de jugar en un club tan bien posicionado en el ámbito local y sudamericano? Podría llegar a ser, pero de lo que no quedan dudas, es que con su juego, logra cosas increíbles, como bancarse tantas vueltas de llaves en la Copa jugando en el exterior, o marcando el rumbo en los partidos de la Bombonera.

Lo cierto es que será siempre recordado como uno de los máximos ídolos de la historia de Boca Juniors, y a mi entender, debería ser más idolatrado que el mismísimo Maradona.

Saludos!
Santiago.